martes, 1 de septiembre de 2009


¿Cuántas excusas es capaz de tolerar el alma antes de morirse del aburrimiento, antes de vaciarse como un cuenco de agua al sol o antes de mandar el cuerpo al infierno? ¿Cuándo va a aprender la carne que no hay vida sin alma, que no sobrevive el alma sin felicidad y que no existe la felicidad sin valentía...?

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